El Pātimokkha del Buddha Vipassī: la disciplina eterna de los Budas

Buddha enseñando a sus monjes

En los vastos ciclos del tiempo cósmico descritos en el Tipiṭaka, el Buddha Gotama —el maestro histórico de nuestro mundo— no fue el primero en alcanzar la Iluminación ni en fundar una comunidad monástica. Antes de él hubo otros Budas que redescubrieron el mismo camino hacia la liberación. Uno de los más destacados fue el Buddha Vipassī, cuyo nombre significa “el que ve claramente”.

Entre los múltiples aspectos que revelan la grandeza de Vipassī se encuentra un elemento esencial y a menudo pasado por alto: el establecimiento del Pātimokkha, el código de disciplina monástica. Este texto, base del Vinaya, constituye el corazón de la vida monástica budista y representa la concreción ética del Dhamma en la conducta diaria de los discípulos.

🪷 El significado del Pātimokkha

La palabra Pātimokkha deriva de la raíz mokkhati, “liberar”, y se traduce comúnmente como “liberación fundamental” o “código de liberación”. Es el conjunto de reglas que guían a los monjes (bhikkhu) y monjas (bhikkhunī) en su vida comunitaria y espiritual.

En tiempos del Buddha Gotama, el Pātimokkha contenía 227 reglas para los monjes y 311 para las monjas, recitadas quincenalmente durante la ceremonia de uposatha. Pero esta práctica no nació con Gotama. Según el Mahāpadāna Sutta(Dīgha Nikāya 14), los Budas anteriores también habían instituido un Pātimokkha, incluyendo al Buddha Vipassī.

📜 El testimonio del Mahāpadāna Sutta

El Mahāpadāna Sutta ofrece un relato detallado de la vida de Vipassī, su despertar y la fundación de su Saṅgha. En él, el Buddha Gotama explica a los monjes que así como él estableció una comunidad de practicantes disciplinados, el Buddha Vipassī también promulgó un código de reglas que regía la vida monástica.

El texto afirma:

“El Bienaventurado Vipassī tenía un Pātimokkha compuesto por centenares de reglas: las menores y las mayores, las de raíz y las accesorias. Así también, los discípulos del Bienaventurado Vipassī eran disciplinados y se regían por este código.”

(Dīgha Nikāya 14, Mahāpadāna Sutta)

Aunque el contenido exacto del Pātimokkha de Vipassī no se conserva —pues desapareció junto con su Saṅgha al final de su era—, el testimonio canónico subraya una verdad profunda: la disciplina monástica no es una invención humana, sino una ley natural del Dhamma.

🌿 La función del Pātimokkha en la tradición de los Budas

En la enseñanza budista, el Vinaya (disciplina) y el Dhamma (doctrina) son como las dos alas de un pájaro. Sin la pureza ética que provee la disciplina, la sabiduría no puede desarrollarse plenamente. El Pātimokkha, por tanto, no es un conjunto de mandamientos arbitrarios, sino un sistema pedagógico que protege la mente y preserva la armonía de la comunidad.

Cada Buda redescubre este principio. Así, el Pātimokkha de Vipassī habría tenido el mismo propósito que el de Gotama:

• Mantener la pureza moral de los discípulos.

• Fomentar la armonía comunitaria (saṅghasāmaggī).

• Proveer un marco de entrenamiento espiritual que sostenga la concentración y la sabiduría.

De esta manera, la disciplina se convierte en un medio hábil (upāya) para alcanzar la liberación, no en una imposición externa.

🕊️ La continuidad del linaje ético

Los comentarios tradicionales (como el Atthakathā del Dīgha Nikāya) explican que, aunque el Pātimokkha de cada Buda desaparece al final de su era, su esencia se renueva en cada aparición de un nuevo Buddha. El Buddha no “crea” la disciplina, sino que redescubre el orden natural de las causas y condiciones que conducen a la liberación.

En este sentido, el Pātimokkha de Vipassī representa la manifestación de una ética cósmica: una estructura moral que trasciende el tiempo y las culturas, y que reaparece cuando el Dhamma se revela de nuevo al mundo.

🌺 Reflexión final

El recuerdo del Pātimokkha del Buddha Vipassī nos invita a contemplar la atemporalidad de la enseñanza budista. La disciplina no es una restricción, sino una forma de libertad: el entrenamiento consciente que permite que la mente florezca sin las ataduras del deseo y la confusión.

Así, el hilo dorado que une a todos los Budas del pasado, presente y futuro no es solo la sabiduría o la compasión, sino también la ética disciplinada que sostiene la senda hacia el despertar.

El Pātimokkha de Vipassī, aunque perdido en el tiempo, sigue resonando como un eco del Dhamma eterno:

“El camino es uno, y los Budas lo redescubren una y otra vez.”